lunes, 6 de febrero de 2012

Umami

Me es muy grato el realizar la introducción -o presentación- de esta entrada. Hoy nos envía esta colaboración Sandra del Blog "L'Hortet de la casa del barri". Para la gente que como a mí -sobretodo el dulce y los postres- os gusta comer esta entrada os resultará especialmente curiosa ya que nos habla del un sabor que hasta hace relativamente poco no era algo que estuviera dentro de la "sabiduría popular". Así que sin más os dejo con el artículo.


Hace cosa de una semana, mientras me tomaba un mocacchino felizmente, leí en una revista de popscience que los seres humanos diferenciamos varios sabores. Vale, hasta aquí nada nuevo. La novedad es que entre ellos hay uno que se llama umami, del que nunca había oído hablar. Dulce, salado, amargo, ácido, agrio y... ¿umami? ¿A qué sabe el umami? O como diría mi abuela: ¿so qué es?

Parece que la palabra umami es japonesa (ellos lo escriben うま味) y viene a significar “sabroso”. Es un sabor que tienen en común cosas tan dispares como el jamón, los encurtidos, los espárragos, el queso, la salsa de soja… pero que no se refleja en los patrones del gusto que todos tenemos inculcados. Vamos, una especie de “lo tienen todos y ni lo notas ni lo sabes, PERO TE GUSTA”. La verdad es que estoy muy mosca con el tema, desde el día que lo leí, cuando como algo pienso ¿esto tendrá cierto sabor umami? Creo que me entra hasta paranoia comiendo jamón y pensando "sí, sí, creo que lo noto, ese regustillo de fondo"… Nada, siempre es una falsa alarma. Parece ser que es un sabor tan sutil que cualquier otro lo tapa con facilidad.


También aparece al usar un condimento conocido como glutamato monosódico, que potencia el umami y que se emplea en las cocinas orientales para dar sabor a los platos. De hecho, es un condimento un tanto caprichoso. Si lo echas en agua, como si disolvieras azúcar en agua, dará como resultado un líquido nauseabundo que no darías a beber ni a tu peor enemigo. En cambio, si se lo echas a una sopa mejora el sabor y hasta la textura. Si lo echas en un chorizo o en una salsa, te saldrá una comida deliciosa; si lo pones en un postre o mezclado con cereales, repugnante.

Por cierto, estoy leyendo ahora mismo en Wikipedia sobre este sabor y dice lo siguiente:

Los seres humanos se encuentran con el sabor umami al probar por primera vez la leche materna. La leche materna humana posee los mismos niveles de sabor umami que los caldos de pescado japoneses denominados dashi.

¿¡Caldo de pescado dashi y leche materna!? Menos mal que sólo se parecen en los niveles de umami, porque si fuesen más semejantes daría mucha, pero que mucha grima. Seguro que si Cronenberg o Miike se enteran lo ponen en su próxima película...

En fin, no sé a vosotros, pero a mí cada vez me fascina más lo de los sabores, especialmente desde el descubrimiento del umami. Así que voy a ver si consigo sacar algo en claro de este sabor como debe ser, comiendo… ¡Camarero, una de jamón y queso!
Sandra -una dels hortolans- del Blog l'Hortet de la casa del barri

Curioso, ¿verdad? Pues si os ha gustado podéis dejar vuestros comentarios y si queréis colaborar sólo tenéis que enviar vuestro artículo a la dirección que tenéis en el lateral. Los "mínimos" para un artículo los tenéis en la entrada "Escribe al próxima entrada...". No es nada del otro mundo son cuatro cositas que intento cumplir a la hora de escribir una entrada -categoría (arte, ciencia, tecnología o batidora de noticias), extensión del artículo, si ponéis alguna imagen citar el autor o web de fuente...etc.

2 comentarios:

  1. Muy bueno Sandra!!! La verdad es que me parece recontracurioso el tema del sabor umami. Yo también había sentido curiosidad la primera vez que lo leí... y aun no sé a qué sabe el dichoso sabor!! Probaré leche materna o caldo de pescado japonés!!... ;)
    Enhorabona!!!

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  2. O una mezcla de ambos, David :P ¡Qué ricooo!

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